NotasPoeticas

QUIERO que sepas una cosa.


QUIERO que sepas
una cosa.

Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.

Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.

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viernes, 15 de mayo de 2015

Sobre mi mala educación


Sobre mi mala educación

Cuál es cuál, cuál es el cómo?
Quién sabe cómo conducirse?

Qué naturales son los peces!
Nunca parecen inoportunos.
Están en el mar invitados
y se visten correctamente
sin una escama de menos,
condecorados por el agua.

Yo todos los días pongo
no sólo los pies en el plato,
sino los codos, los riñones,
la lira, el alma, la escopeta.

No sé qué hacer con las manos
y he pensado venir sin ellas,
pero dónde pongo el anillo?
Qué pavorosa incertidumbre!

Y luego no conozco a nadie.
No recuerdo sus apellidos.

—Me parece conocer a usted.
—No es usted un contrabandista?
—Y usted señora no es la amante
del alcohólico poeta
que se paseaba sin cesar,
sin rumbo fijo por las cornisas?
—Voló porque tenía alas.
—Y usted continúa terrestre.
—Me gustaría haberla entregado
como india viuda a un gran brasero,
no podríamos quemarla ahora?
Resultaría palpitante!

Otra vez en una Embajada
me enamoré de una morena,
no quiso desnudarse allí,
y yo se lo increpé con dureza:
estás loca, estatua silvestre,
cómo puedes andar vestida?

Me desterraron duramente
de ésa y de otras reuniones,
si por error me aproximaba
cerraban ventanas y puertas.

Anduve entonces con gitanos
y con prestidigitadores,
con marineros sin buque,
con pescadores sin pescado,
pero todos tenían reglas,
inconcebibles protocolos
y mi educación lamentable
me trajo malas consecuencias.

Por eso no voy y no vengo,
no me visto ni ando desnudo,
eché al pozo los tenedores,
las cucharas y los cuchillos.
Sólo me sonrío a mí solo,
no hago preguntas indiscretas
y cuando vienen a buscarme,
con gran honor, a los banquetes,
mando mi ropa, mis zapatos,
mi camisa con mi sombrero,
pero aún así no se contentan:
iba sin corbata mi traje.

Así para salir de dudas
me decidí a una vida honrada
de la más activa pereza,
purifiqué mis intenciones,
salí a comer conmigo solo
y así me fui quedando mudo.
A veces me saque a bailar,
pero sin gran entusiasmo,
y me acuesto solo, sin ganas,
por no equivocarme de cuarto.

Adiós porque vengo llegando.
Buenos días, me voy de prisa.

Cuando quieran verme ya saben:
búsquenme donde no estoy
y si les sobra tiempo y boca
pueden hablar con mi retrato.

Pablo Neruda

Siempre soñé con este amor...


Siempre soñé con este amor...

Siempre soñé con este amor,
pero me subí en un barco a vapor que hoy naufraga
por la tormenta de tus pisadas.

¡Llegas con violencia,
como si no te importara
la vida que construí!

Pero tu mirada,
tu vil aliada,
-la que no pide permiso-
no destila ni una MISERABLE GOTA DE PASIÓN
por este infame que atumoró su corazón
con tus células....

Nunca me sentí mas solo
que cuando me di cuenta que no estoy acompañado
ni siquiera por un pedazo
de tu esencia,
salvo tus recuerdos, que a la larga
son como si nada
pues no se pueden abrazar.

Eres como el sol que quema;
que lastima los ojos,
pero que no puedo alcanzar.

Soy un extraño viviendo mi propia vida
con invitación de espectador,
pero sufriendo como el actor principal.

Pero no estoy,
sino subido
en lo que a veces llamo imaginación.

¡Tan absurdo! como la vida que me inventé
que no es mas que un torpedo
que asciende para estallar.

Esa es mi vida, sin tu vida
un laberinto sin salida
una serpiente sin mordida
una lágrima que cae inescrupulósamente
para siempre...

..Pero aunque duela,
y tus recuerdos me intoxiquen
y me hagan alucinar
jamas me cansaré...

...de esperar...

jueves, 16 de abril de 2015

Oda a la tormenta(Neruda)


Oda a la tormenta(Neruda)


Anoche
vino
ella,
rabiosa,
azul, color de noche,
roja, color de vino,
la tempestad
trajo
su cabellera de agua,
ojos de frío fuego,
anoche quiso
dormir sobre la tierra. 
Llegó de pronto
recién desenrollada
desde su astro furioso, 
desde su cueva celeste, 
quería dormir
y preparó su cama,
barrió selvas, caminos, 
barrió montes,
lavó piedras de océano,
y entonces
como si fueran plumas 
removió los pinares 
para hacerse su cama.
Sacó relámpagos
de su saco de fuego,
dejó caer los truenos
como grandes barriles.
De pronto
fue silencio:
una hoja
iba sola en el aire,
como un violín volante,
entonces,
antes
de que llegara al suelo,
tempestad, en tus manos
la tomaste,
pusiste todo el viento
a soplar su bocina,
la noche entera
a andar con sus caballos,
todo el hielo a silbar,
los árboles
salvajes
a expresar la desdicha
de los encadenados,
la tierra
a gemir como madre
pariendo,
de un solo soplo
escondiste
el rumor de la hierba
o las estrellas,
rompiste
como un lienzo
el silencio inactivo,
se llenó el mundo
de orquesta y furia y fuego,
y cuando los relámpagos
caían como cabellos
de tu frente fosfórica,
caían como espadas
de tu cintura guerrera,
y cuando ya creíamos
que terminaba el mundo,
entonces,
lluvia,
lluvia,
sólo
lluvia,
toda la tierra, todo
el cielo
reposaban,
la noche
se desangró cayendo
sobre el sueño del hombre,
sólo lluvia,
agua
del tiempo y del cielo:
nada había caído,
sino una rama rota,
un nido abandonado.

Con tus dedos
de música,
con tu fragor de infierno,
con tu fuego
de volcanes nocturnos,
jugaste
levantando una hoja,
diste fuerza a los ríos,
enseñaste
a ser hombres
a los hombres,
a temer a los débiles,
a llorar a los dulces,
a estremecerse
a las ventanas,
pero
cuando
ibas a destruirnos, cuando
como cuchilla
bajaba del cielo la furia,
cuando temblaba
toda la luz y la sombra
y se mordían los pinos
aullando
junto al mar en tinieblas,
tú, delicada
tempestad, novia mía,
furiosa
no nos hiciste daño:
regresaste
a tu estrella
y lluvia,
lluvia verde,
lluvia llena
de sueños y de gérmenes,
lluvia
preparadora
de cosechas,
lluvia que lava el mundo,
lo enjuga
y lo recrea,
lluvia para nosotros
y para las semillas,
lluvia
para el olvido
de los muertos
y para
nuestro pan de mañana,
eso sólo
dejaste,
agua y música,
por eso,
tempestad,
te amo,
cuenta conmigo,
vuelve,
despiértame,
ilumíname,
muéstrame tu camino
para que a ti se junte y cante con tu canto
la decidida voz
tempestuosa de un hombre.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Levántate, amor mío, y vente..


Levántate, amor mío, y vente..


Levántate, amor mío, y vente,
que el invierno ha cesado
y las lluvias se fueron
y la tierra se cubre de flores,
la estación de los cantos ha llegado ya,
escucha, amor mío, escucha
la tórtola que arrulla cubriendo nuestra tierra,
el perfume de las viñas que se ciernen,
las higueras con sus yemas despertando,
anímate, amor mío, y ven,
paloma que te ocultas en las grietas de las rocas,
déjame que advierta los perfiles de tu vuelo,
déjame que escuche la dulzura de tu voz,
el azúcar de tu voz y de tu talle.











Fragmento de El Cantar de los Cantares, de Salomón,

miércoles, 4 de junio de 2014

Cien sonetos de amor Neruda


Cien sonetos de amor Neruda

Áspero amor, violeta coronada de espinas, 
matorral entre tantas pasiones erizado, 
lanza de los dolores, corola de la cólera, 
por qué caminos y cómo te dirigiste a mi alma? 

Por qué precipitaste tu fuego doloroso, 
de pronto, entre las hojas frías de mi camino? 
Quién te enseñó los pasos que hasta mí te llevaron? 
Qué flor, qué piedra, qué humo mostraron mi morada? 

Lo cierto es que tembló la noche pavorosa, 
el alba llenó todas las copas con su vino 
y el sol estableció su presencia celeste, 

mientras que el cruel amor me cercaba sin tregua 
hasta que lacerándome con espadas y espinas 
abrió en mi corazón un camino quemante.


viernes, 22 de noviembre de 2013

Libro de Las Preguntas - Pablo Neruda


Libro de Las Preguntas - Pablo Neruda

Por qué los inmensos aviones
No se pasean con sus hijos?

Cuál es el pájaro amarillo
Que llena el nido de limones?

Por qué no enseñan a sacar
Miel del sol a los helicópteros?

Dónde dejó la luna llena
Su saco nocturno de harina?

II

Si he muerto y no me hé dado cuenta
A quién le pregunto la hora?

De dónde saca tantas hojas
La primavera de Francia?

Dónde puede vivir un ciego
A quien persiguen las abejas?

Seise termina el amarillo
Con qué vamos a hacer el pan?

III
Dime, la rosa está desnuda
O sólo tiene ese vestido?

Por qué los árboles esconden
El esplendor de sus raíces?

Quién oye los remordimientos
Del automóvil criminal?

Hay algo más triste en el mundo
Que un tren inmóvil en la lluvia?


IV

Cuántas iglesias tiene el cielo?

Por qué no ataca el tiburón
A las impávidas sirenas?

Conversa el humo con las nubes?

Es verdad que las esperanzas
Deben regarse con rocío?

V

Qué guardas bajo tu joroba?
Dijo un camello a una tortuga.
Y la tortuga preguntó:
Qué conversas con las naranjas?

Tiene más hojas un peral
Que Buscando el Tiempo Perdido?

Porqué se suicidan las hojas
Cuando se sienten amarillas?

VI

Por qué el sombrero de la noche
Vuela con tantos agujeros?

Qué dice la vieja ceniza
Cuando camina junto al fuego?

Por qué lloran tanto las nubes
Y cada vez son más alegres?

Para quién arden los pistilos
Del sol en sombra del eclipse?

Cuántas abejas tiene el día?

VII

Es paz la paz de la paloma?

El leopardo hace la guerra?

Por qué enseña el profesor
La geografía de la muerte?

Qué pasa con las golondrinas
Que llegan tarde al colegio?

Es verdad que reparten cartas
Transparentes, por todo el cielo?
 


VIII

Qué cosa irrita a los volcanes
Qué escupen fuego, frío y furia?

Por qué Cristóbal Colón
No pudo descubrir a España?

Cuántas preguntas tiene un gato?

Las lágrimas que no se lloran
Esperan en pequeños lagos?
O serán ríos invisibles
Que corren hacia la tristeza?

IX

Es este mismo el sol de ayer
O es otro el fuego de su fuego
Esa abundancia fugitiva?

De dónde viene el nubarrón
Con sus sacos negros de llanto?

Dónde están los nombres aquellos
Dulces como tortas de antaño?

Dónde se fueron las Donaldas,
Las Clorindas, las Eduvigis?

X

Qué pensarán de mi sombrero
En cien años más, los polacos?

Qué dirán de mi poesía
Los que no tocaran mi sangre?

Cómo se mide la espuma
Que resbala de la cerveza?

Qué hace una mosca encarcelada
En un soneto de Petrarca?

XI

Hasta cuándo hablan los demás
Si ya hemos hablado nosotros?

Qué diría José Martí
Del pedagogo Marinello?

Cuántos años tiene Noviembre?

Qué sigue pagando el Otoño
Con tanto dinero amarillo?

Cómo se llama ese cocktail
Que mezcla vodka cón relámpagos?

XII

Y a quién le sonríe el arroz
Con infinitos dientes blancos?

Por qué en las épocas oscuras
Se escribe con tinta invisible?

Sabe la bella de Caracas
Cuántas faldas tiene la rosa?

Por qué me pican las pulgas
Y los sargentos literarios?

XIII

Es verdad que sólo en Australia
Hay cocodrilos voluptuosos?

Cómo se reparten el sol
En el naranjo las naranjas?

Venía de una boca amarga
La dentadura de la sal?

Es verdad que vuela de noche
Sobre mi patria un cóndor negro?

XIV

Y qué dijeron los rubíes
Ante el jugo de las granadas?

Pero por qué no se convence
El Jueves de ir después del Viernes?

Quiénes gritaron de alegría
Cuando nació el color azul?

Por qué se entristece la tierra
Cuando aparecen las violetas?

XV

Pero es verdad que se prepara
La insurrección de los chalecos?

Por qué otra vez la primavera
Ofrece sus vestidos verdes?

Por qué ríe la agricultura
Del llanto pálido del cielo?

Cómo logró su libertad
La bicicleta abandonada?

XVI

Trabajan la sal y el azúcar
Construyendo una torre blanca?

Es verdad que en el hormiguero
Los sueños son obligatorios?

Sabes qué meditaciones
Rumia la tierra en el otoño?

(Por qué no dar una medalla
a la primera hoja de oro?)

XVII

Te has dado cuenta que el Otoño
Es como una vaca amarilla?

Y cómo la bestia otoñal
Es luego un oscuro esqueleto?

Y cómo el invierno acumula
Tantos azules lineales?

Y quién pidió a la Primavera
Su monarquía transparente?

XVIII

Cómo conocieron las uvas
La propaganda del racimo?

Y sabes lo que es más difícil
Entre granar y desgranar?

Es malo vivir sin infierno:
No podemos reconstruirlo?

Y colocar al triste Nixon
Con el traste sobre el brasero?

Quemándolo a fuego pausado
Con napalm norteamericano?

XIX

Han contado el oro que tiene
El territorio del maíz?

Sabes que es verde la neblina
A mediodía, en Patagonia?

Quién canta en el fondo del agua
En la laguna abandonada?

De qué ríe la sandía
Cuando la están asesinando?

XX

Es verdad que el ámbar contiene
Las lágrimas de las sirenas?

Cómo se llama una flor
Que vuela de pájaro en pájaro?

No es mejor nunca que tarde?

Y por qué el queso se dispuso
A ejercer proezas en Francia?

XXI

Y cuando se fundó la luz
Esto sucedió en Venezuela?

Dónde está el centro del mar?
Por qué no van allí las olas?

Es cierto que aquel meteoro
Fue una paloma de amatista?

Puedo preguntar a mi libro
Si es verdad que yo lo escribí?

XXII

Amor, amor, aquel y aquella
Si ya no son, dónde se fueron?

Ayer, ayer dije a mis ojos
Cuándo volveremos a vernos?

Y cuando se muda el paisaje
Son tus manos o son tus guantes?

Cuando canta el azul del agua
Cómo huele el rumor del cielo?

XXIII

Se convierte en pez volador
Si transmigra la mariposa?

Entonces no era verdad
Que vivía Dios en la luna?

De qué color es el olor
Del llanto azul de las violetas?

Cuántas semanas tiene un día
Y cuántos años tiene un mes?

XXIV

El 4 es 4 para todos?
Son todos los sietes iguales?

Cuándo el preso piensa en la luz
Es la misma que te ilumina?

Has pensado de qué color
Es el Abril de los enfermos?

Qué monarquía occidental
Se embandera con amapolas?

XXV

Por qué para esperar la nieve
Se ha desvestido la arboleda?

Y cómo saber cuál es Dios
Entre los Dioses de Calcuta?

Por qué viven tan harapientos
Todos los gusanos de seda?

Por qué es tan dura la dulzura
Del corazón de la cereza?
Es porque tiene que morir
O porque tiene que seguir?

XXVI

Aquel solemne Senador
Que me atribuía un castillo
Devoró ya con su sobrino
La torta del asesinato?

A quién engaña la magnolia
Con su fragancia de limones?

Dónde deja el puñal el águila
Cuando se acuesta en una nube?

XXVII

Murieron tal vez de vergüenza
Estos trenes que se extraviaron?

Quién ha visto nunca el acíbar?

Dónde se plantaron los ojos
Del camarada Paul Éluard?

Hay sitio para unas espinas?
Le preguntaron al rosal.

XXVIII

Por qué no recuerdan los viejos
Las deudas ni las quemaduras?

Era verdad aquel aroma
De la doncella sorprendida?

Por qué los pobres no comprenden
Apenas dejan de ser pobres?

Dónde encontrar una campana
Que suene adentro de tus sueños?

XXIX

Qué distancia en metros redondos
Hay entre el sol y las naranjas?

Quién despierta al sol cuando duerme
Sobre su cama abrasadora?

Canta la tierra como un grillo
Entre la música celeste?

Verdad que es ancha la tristeza,
Delgada la melancolía?

XXX

Cuándo escribió su libro azul
Rubén Darío no era verde?

No era escarlata Rimbaud
Góngora de color violeta?
Y Víctor Hugo tricolor?
Y yo a listones amarillos?

Se juntan todos los recuerdos
De los pobres de las aldeas?

Y en una caja mineral
Guardaron sus sueños los ricos?

XXXI

A quién le puedo preguntar
Qué vine a hacer en este mundo?

Por qué me muevo sin querer,
Por qué no puedo estar inmóvil?

Por qué voy rodando sin ruedas,
Volando sin alas ni plumas,
Y qué me dio por transmigrar
Si viven en Chile mis huesos?

XXXII

Hay algo más tonto en la vida
Que llamarse Pablo Neruda?

Hay en el cielo de Colombia
Un coleccionista de nubes?

Por qué siempre se hacen en Londres
Los congresos de los paraguas?

Sangre color de amaranto
Tenía la reina de Saba?

Cuando lloraba Baudelaire
Lloraba con lágrimas negras?

XXXIII

Y por qué el sol es tan mal amigo
Del caminante en el desierto?

Y por qué el sol es tan simpático
En el jardín del hospital?

Son pájaros o son peces
En estas redes de la luna?

Fue adonde a mí me perdieron
Que logré por fin encontrarme?

XXXIV

Con las virtudes que olvidé
Me puedo hacer un traje nuevo?

Por qué los ríos mejores
Se fueron a correr en Francia?

Por qué no amanece en Bolivia
Desde la noche de Guevara?

Y busca allí a los asesinos
Su corazón asesinado?

Tienen primero gusto a lágrimas
Las uvas negras del destierro?

XXXV

No será nuestra vida un túnel
Entre dos vagas claridades?

O no será una claridad
Entre dos triángulos oscuros?

O no será la vida un pez
Preparado para ser pájaro?

La muerte será de no ser
O de sustancias peligrosas?

XXXVI

No será la muerte por fin
Una cocina interminable?

Qué harán tus huesos disgregados,
Buscarán otra vez tu forma?

Se fundirá tu destrucción
En otra voz y en otra luz?

Formarán parte tus gusanos
De perros o de mariposas?

XXXVII

De tus cenizas nacerán
Checoeslovacos o tortugas?

Tu boca besará claveles
Con otros labios venideros?

Pero sabes de dónde viene
La muerte, de arriba o de abajo?

De los microbios o los muros,
De las guerras o del invierno?

XXXVIII

No crees que vive la muerte
Dentro del sol de una cereza?

No puede matarte también
Un beso de la primavera?

Crees que el luto te adelanta
La bandera de tu destino?

Y encuentras en la calavera
Tu estirpe a hueso condenada?

XXXIX

No sientes también el peligro
En la carcajada del mar?

No ves en la seda sangrienta
De la amapola una amenaza?

No ves que florece el manzano
Para morir en la manzana?

No lloras rodeado de risa
Con las botellas del olvido?

XL

A quién el cóndor andrajoso
Da cuenta de su cometido?

Cómo se llama la tristeza
En una oveja solitaria?

Y qué pasa en el palomar
Si aprenden canto las palomas?

Si las moscas fabrican miel
Ofenderán a las abejas?

XLI

Cuánto dura un rinoceronte
Después de ser enternecido?

Qué cuentan de nuevo las hojas
De la reciente primavera?

Las hojas viven en invierno
En secreto, con las raíces?

Qué aprendió el árbol de la tierra
Para conversar con el cielo?
 


XLII

Sufre más el que espera siempre
Que aquel que nunca esperó a nadie?

Dónde termina el arco iris,
En tu alma o en el horizonte?

Tal vez una estrella invisible
Será el cielo de los suicidas?

Dónde están las viñas de hierro
De donde cae el meteoro?

XLIII

Quién era aquella que te amó
En el sueño, cuando dormías?

Dónde van las cosas del sueño?
Se van al sueño de los otros?

Y el padre que vive en los sueños
Vuelve a morir cuando despiertas?

Florecen las plantas del sueño
Y maduran sus graves frutos?

XLIV

Dónde está el niño que yo fui,
Sigue adentro de mí o se fue?

Sabe que no lo quise nunca
Y tampoco me quería?

Por qué anduvimos tanto tiempo
Creciendo para separarnos?

Por qué no morimos los dos
Cuando mi infancia se murió?

Y si el alma se me cayó
Por qué me sigue el esqueleto?

XLV

El amarillo de los bosques
Es el mismo del año ayer?

Y se repite el vuelo negro
De la tenaz ave marina?

Y donde termina el espacio
Se llama muerte o infinito?

Qué pesan más en la cintura,
Los dolores o los recuerdos?

XLVI

Y cómo se llama ese mes
Que está entre Diciembre y Enero?

Con qué derecho numeraron
Las doce uvas del racimo?

Por qué no nos dieron extensos
Meses que duren todo el año?

No te engañó la primavera
Con besos que no florecieron?
 


XLVIII

Son los senos de las sirenas
Las redondezcas caracolas?
O son olas petrificadas
O juego: inmóvil de la espuma?

No se ha incendiado la pradera
Con las luciérnagas salvajes?

Los peluqueros del otoño
Despeinaron los crisantemos?

XLIX

Cuando veo de nuevo el mar
El mar me ha visto o no me ha visto?

Por qué me preguntan las olas
Lo mismo que yo les pregunto?

Y por qué golpean la roca
Con tanto entusiasmo perdido?

No se cansan de repetir
Su declaración a la arena?

L

Quién puede convencer al mar
Para que sea razonable?

De qué le sirve demoler
Ámbar azul, granito verde?

Y para qué tantas arrugas
Y tanto agujero en la roca?

Yo llegué de detrás del mar
Y dónde voy cuando me ataja?

Por qué me he cerrado el camino
Cayendo en la trampa del mar?

LI
Por qué detesto las ciudades
Con olor a mujer y orina?

No es la ciudad el gran océano
De los colchones que palpitan?

La oceanía de los aires
No tiene islas y palmeras?

Por qué volví a la indiferencia
Del océano desmedido?

LII

Cuánto medía el pulpo negro
Que oscureció la paz del día?

Eran de hierro sus ramales
Y de fuego muerto sus ojos?

Y la ballena tricolor
Por qué me atajó en el camino?

LIII

Quién devoró frente a mis ojos
Un tiburón lleno de pústulas?

Tenía la culpa ese escualo
O los peces ensangrentados?

Es el orden o la batalla
Este quebranto sucesivo?

LIV

Es verdad que las golondrinas
Van a establecerse en la luna?

Se llevarán la primavera
Sacándola de las cornisas?

Se alejarán en el otoño
Las golondrinas de la luna?

Buscarán muestras de bismuto
A picotazos en el cielo?

Y a los balcones volverán
Espolvoreadas de ceniza?
 


LV

Por qué no mandan a los topos
Y a las tortugas a la luna?

Los animales ingenieros
De cavidades y ranuras
No podrían hacerse cargo
De estas lejanas inspecciones?

LVI

No crees que los dromedarios
Preservan luna en sus jorobas?

No la siembran en los desiertos
Con persistencia clandestina?

Y no estará prestado el mar
Por un corto tiempo a la tierra?

No tendremos que devolverlo
Con sus mareas a la luna?

LVII

No será bueno prohibir
Los besos interplanetarios?

Por qué no analizar las cosas
Antes de habilitar planetas?

Y por qué no el ornitorrinco
Con su espacial indumentaria?

Las herraduras no se hicieron
Para caballos de la luna?

LVIII

Y qué palpitaba en la noche?
Eran planetas o herraduras?

Debo escoger esta mañana
Entre el mar desnudo y el cielo?

Y por qué el cielo está vestido
Tan temprano con sus neblinas?

Qué me esperaba en Isla Negra?
La verdad verde o el decoro?

LIX

Por qué no nací misterioso?

Por qué crecí sin compañía?

Quién me mandó desvencijar
Las puertas de mi proprio orgullo?

Y quién salió a vivir por mí
Cuando dormía o enfermaba?

Qué bandera se desplegó
Allí donde no me olvidaron?

LX

Y qué importancia tengo yo
En el tribunal del olvido?

Cuál es la representación
Del resultado venidero?

Es la semilla cereal
Con su multitud amarilla?

O es el corazón huesudo
El delegado del durazno?

LXI
La gota viva del azogue
Corre hacia abajo o hacia siempre?

Mi poesía desdichada
Mirará con los ojos míos?

Tendré mi olor y mis dolores
Cuando yo duerma destruido?

LXII

Qué significa persistir
En el callejón de la muerte?

En el desierto de la sal
Cómo se puede florecer?

En el mar del no pasa nada
Hay vestido para morir?

Cuando ya se fueron los huesos
Quién vive en el polvo final?

LXIII

Cómo se acuerda con los pájaros
La traducción de sus idiomas?

Cómo le digo a la tortuga
Que yo le gano en lentitud?

Cómo le pregunto a la pulga
Las cifras de su campeonato?

Y a los claveles qué les digo
Agradeciendo su fragancia?

LXIV

Por qué mi ropa desteñida
Se agita como una bandera?

Soy un malvado alguna vez
O todas las veces soy bueno?

Es que se aprende la bondad
O la máscara de la bondad?

No es blanco el rosal del malvado
Y negras las flores del bien?

Quién da los nombres y los números
Al inocente innumerable?

LXV

Brilla la gota de metal
Como una sílaba en mi canto?

Y no se arrastra una palabra
A veces como una serpiente?

No crepitó en tu corazón
Un nombre como una naranja?

De qué río salen los peces?
De la palabra platería?
Y no naufragan los veleros
Por un exceso de vocales?

LXVI

Echan humo, fuego y vapor
Las o de las locomotoras?

En qué idioma cae la lluvia
Sobre ciudades dolorosas?

Qué suaves sílabas repite
El aire del alba marina?

Hay una estrella más abierta
Que la palabra amapola?

Hay dos colmillos más agudos
Que las sílabas de chacal?

LXVII

Puedes amarme, silabaria,
Y darme un beso sustantivo?

Un diccionario es un sepulcro
O es un panal de miel cerrado?

En qué ventana me quedé
Mirando el tiempo sepultado?

O lo que miro desde lejos
Es lo que no he vivido aún?

LXVIII

Cuándo lee la mariposa
Lo que vuela escrito en sus alas?

Qué letras conoce la abeja
Para saber su itinerario?

Y con qué cifras va restando
La hormiga sus soldados muertos?

Cómo se llaman los ciclones
Cuando no tienen movimiento?

LXIX

Caen pensamientos de amor
En los volcanes extinguidos?

Es un cráter una venganza
O es un castigo de la tierra?

Con qué estrellas siguen hablando
Los ríos que no desembocan?

LXX

Cuál es el trabajo forzado
De Hitler en el infierno?

Pinta paredes o cadáveres?
Olfatea el gas de sus muertos?

Le dan a comer las cenizas
De tantos niños calcinados?

O le han dado desde su muerte
De beber sangre en un embudo?

O le martillan en la boca
Los arrancados dientes de oro?
 


LXXI

O le acuestan para dormir
Sobre sus alambres de púas?

O le están tatuando la piel
Para lámparas del infierno?

O lo muerden sin compasión
Los negros mastines del fuego?

O debe de noche y de día
Viajar sin tregua con sus presos?

O debe morir sin morir
Eternamente bajo el gas?

LXXII

Si todos los ríos son dulces
De dónde saca sal el mar?

Cómo saben las estaciones
Que deben cambiar de camisa?

Por qué tan lentas en invierno
Y tan palpitantes después?

Y cómo saben las raíces
Que deben subir a la luz?

Y luego saludar al aire
Con tantas flores y colores?

Siempre es la misma primavera
La que repite su papel?

LXXIII

Quién trabaja más en la tierra
El hombre o el sol cereal?

Entre el abeto y la amapola
A quién la tierra quiere más?

Entre las orquídeas y el trigo
Para cuál es la preferencia?

Por qué tanto lujo a una flor
Y un oro sucio para el trigo?

Entra el Otoño legalmente
O es una estación clandestina?

LXXIV

Por qué se queda en los ramajes
Hasta que las hojas se caen?

Y dónde se quedan colgados
Sus pantalones amarillos?

Verdad que parece esperar
El Otoño que pase algo?

Tal vez el temblor de una hoja
O el tránsito del universo?

Hay un imán bajo la tierra,
Imán hermano del Otoño?

Cuándo se dicta bajo tierra

La designación de la rosa?